lunes, 15 de noviembre de 2010

Dormir con sueños


Es tarde. Los ojos me pican de sueño. Sin embargo no puedo posponer esta lectura. No sé lo que voy a encontrar en este montón de papeles que tengo enfrente, pero la curiosidad puede más que el cansancio. Aprovecho ahora que todo está tranquilo. La tele está prendida pero no la miro ni la escucho. Sólo acompaña.

Empiezo por el que está encima del pilón. Unas direcciones de mail antiguas, probablemente ya inexistentes, y unos banners en escala de grises aparecen sobre el papel. Sobre el margen derecho veo palabras cortadas, la impresión me robó el final de las frases. Y entonces como en una película el tiempo retrocede, y estoy de nuevo sentada en aquel escritorio, como hace ocho años atrás. " 15 de Noviembre de 2002" dice. Sí, exactamente ocho años el día de hoy.

Las palabras me golpean, me dan sopapos, me abruman, me inundan. No me reconozco en esas palabras. Intento, pero no lo logro. Es inexplicable la sensación de leerme sin reconocerme, y de leer lo que otro escribe sobre mí... para mí.

Hay tanto ahí, tanto, que algunas páginas no puedo terminar de leerlas. Me duelen. Me descubro llorando, al rato sonriendo, suspirando. Siento nostalgia por todo aquello, quisiera volver realmente el tiempo atrás y revivirlo. "Al lugar donde has sido feliz, no deberías volver jamás" se me viene a la cabeza. Una frase elocuente, certera, irrefutable.

Volver al lugar donde he sido feliz. Feliz como entonces. Estuve dormida, durante ocho largos años, y en vez de despertarme un príncipe con un beso, me despertó la helada cayendo sobre mi cuerpo desnudo. Injusto, pero cierto.

Llevo varias horas leyendo. Tengo sueño pero no quiero dormir. No quiero volver a dormir. Nunca más.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Aprender


Sucede que varias veces en la vida uno se enfrenta a situaciones similares, y tiene la sensación de dar vueltas en círculos. Uno parece no estar avanzando, y si lo hace, se siente propenso a tropezar con la misma piedra en el mismo lugar del trayecto que la vuelta anterior. Pero en este eterno deja vú que sin lugar a dudas es vivir, llega ese punto de quiebre, ese punto en el cual uno inesperadamente escapa por la tangente, intenta algo diferente y se sorprende a uno mismo. La noche del Viernes me encontró allí, en ese punto de inflexión.

Respiraba yo ayer el aire fresco de la noche porteña... Y vale decir, ¡cómo me gusta Buenos Aires encendida! La 9 de Julio drenando la locura de un día agitado, esas pantallas gigantes emulando groseramente a Nueva York... Me subí a un taxi, es parte del encanto. Llegué a la curva que hace Pellegrini con Lavalle, giramos y bajé en Diagonal. Respiré profundo y casi sin mirar me tomé la combi que me traería de regreso a casa. Sentada allí, abrí la ventanilla y cerré los ojos. Me sentía inquieta y ansiosa, reviviendo uno de los tantos círculos infinitos de mi vida. La cabeza cargada de pensamientos que no llevaban a ninguna parte...

Entonces me di cuenta. Ví la señal de "replay" y decidí poner el "stop". No, de nuevo no. Esta vuelta no la doy otra vez.

Necesitaba musicalizar ese momento. Subí el volumen de mi teléfono y canté sin angustia un "Viva la Vida". A eso le llamo yo aprender.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Looking ahead



Hoy me desperté con esa sensación de que algo estaba bien. Había mirado hacia atrás y había encontrado algo. ¿A mí? Empecé a buscar desesperadamente en mi memoria. Encontré escenarios y pasión desplegada. Encontré mi voz en un disco y ganas de gritar... otra vez. Moví los pies dos pasos hacia atrás. Había un par de zapatos de suelas gastadas, un pie esguinzado y un cantaor. Encontré también una página en blanco y un puñado de palabras. Dedos manchados de tiza y pasteles, y un ojo cerrado detrás de una imagen perpetua.

Ahora el cursor titila en la pantalla. Late. Provoca. "¿Donde estabas?" me pregunta. Le digo, "acá, mirando hacia adelante"...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El Acabose


Hormigas caminando por mis brazos. Es de noche, no puedo dormir. Deben ser las 4 de la mañana, pero no lo sé... No tengo reloj. Estoy a oscuras y no puedo levantarme de la cama. ¿Son hormigas? No estoy soñando, estoy despierta. Le digo a él de las hormigas y me contesta "estás loca". Entonces me doy cuenta que no puedo seguir así. Tengo que escribir.