Hay tantas personas que se nos cruzan en la vida a las que uno no puede amar, que si por eso fuera uno no amaría a nadie ni perdería el tiempo con nadie. Lo que yo me pregunto es, ¿hay que andar por la vida ahorrando tiempo? Y de ser así, ¿para qué lo ahorramos? ¿Para gastarlo cuándo? Si después vamos a estar muertos...
Yo te hubiera dicho: Frida, perdé tiempo con la gente que no te ama, con gente a la que quizás no podés amar, fijándote si quizás podrías. Acercate, entregate, dejalos ser y llegar a vos. Experimentá con los sentimientos, con los tuyos y los ajenos, descubrilos, exploralos, combinalos como quieras y fijate qué pasa. A lo mejor amás y a lo mejor no. De eso se trata.
¿Cuánto es el tiempo para saber si podés o no podés amar? Quién lo sabe. Para amar, o intentar amar, hay que demorarse un poco. Porque el amor no aparece mágicamente entre dos que se cruzan un día y sin perder tiempo se enamoran locamente. El amor, parece, es una cuestión de demoras. Y también es cuestión de saber esperar, Frida.