domingo, 9 de octubre de 2011

Palabra prestada

Este post fue escrito por Maite Pil, un miércoles 1 de junio de 2011. Yo tuve la suerte de encontrarme con él hace apenas algunos días, y permiso mediante, lo comparto aquí con los pocos o muchos que me lean de vez en cuando.  Se llama y dice así...

Una palabra, por favor.

Por Maite Pil


En inglés hay un término que define perfectamente un tipo de relación y es el fuckbuddie. La definición sería algo así como alguien con quien te encamás, con cierta frecuencia, pero que no es tu novio/a, ni está en carrera de serlo. Los ex novios/as entran también en esta categoría. Sin embargo, en nuestro idioma, no tenemos un término específico, y en cambio, solemos utilizar el término “amante”.No es azaroso, porque no tener una palabra que delimite esta realidad implica que no haya límites claros. Amante significa el que ama. Y empiezo a sospechar que justamente por eso comienzan los problemas. Todavía no tenemos la palabra justa, por lo tanto, no tenemos el límite. Parte del tire y afloje que contamina todas las relaciones entre hombres y mujeres argentinos es algo cultural. He conocidos muchos hombres de otras tierras, y les puedo asegurar que con ninguno de ellos me he visto envuelta en las tragicomedias de enredos en las que me he visto con argentinos ¿Hay una falla comunicacional porque nos faltan las palabras o porque nos sobran?

El rol del hombre ha cambiado mucho desde que las mujeres empezamos a darnos cuenta de que podíamos experimentar la sexualidad sin culpas. Y eso claramente nos posiciona en otro lugar y, por ende, a ellos también. “El hombre propone la mujer dispone”: esto ya no rige; y todos, hombres y mujeres, nos quedamos tambaleando.

¿Será cierto que las mujeres somos más propensas a enamorarnos cuando hay relaciones sexuales de por medio? ¿O será esto una fantasía masculina? He investigado un poco al respecto y creo, que en definitiva, a todos se nos pone en juego algo cuando hay un otro (cuerpo) de por medio. Por supuesto que cuanto más recurramos a un único y mismo cuerpo mayores son los riesgos.

No son tiempos fáciles…Porque aunque no haya una palabra para definirla, sí hay una necesidad de separar al sexo del amor. Y esto sucede justamente porque el amor no es fácil, y la soledad menos. Y ahí, entre medio del sexo despojado de humanidad y el amor comprometido, queda haciendo equilibrio la seducción, el deseo, las ganas de divertirse, de compartir un vino, una charla, una película, una cama y, por qué no, algo de cariño. 

Y no, no con todos será esto posible. Y sí, algunas veces creerás que te enamoraste.

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Fuente: http://esdomingoynotengonovio.blogspot.com/

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