domingo, 14 de julio de 2013

Cumpleaños feliz


Hace tres años y unos meses me senté a hacer en pis en un frasquito. Puse la varita adentro, tal como indicaba la caja. Esperaba una línea, como las otras veces. Pero no, esta vez fueron dos. Dos líneas claras y rojas fue la forma en que me enteré que ibas a existir. Me temblaron las piernas, se me doblaron, literalmente. 

A partir de ahí el mundo se dio vuelta. Pasaron muchas cosas por mi cabeza, y tuve miedo. Sabía que estaba sola, que de una u otra forma tu papá y yo no íbamos a vivir juntos este embarazo. No lo quise creer al principio, pero poco a poco mientras pasaban los días y la panza crecía me fui adaptando a esa realidad. 

Lloré mucho cada día porque nada había sido como lo soñé. Sentí que vos llorabas conmigo, pero la verdad no lo sé. Sólo sé que me llené de angustia, de un dolor agridulce, y que durante meses viví en una nube de tristeza. Vos crecías y yo podía verte en cada una de las ecografías, pero estaba ausente. Te movías incesantemente, tu corazón latía a un ritmo desconocido para mí hasta entonces. Me recordabas tu presencia todo el tiempo, y me tuviste paciencia. Yo sólo lloraba mi soledad. Me sentí egoísta, no sabía de dónde iba a brotarme el amor que debía darte. 

Llegó el día en que naciste. Apareciste, te vi, y no necesité amarte porque fuiste el amor en esa forma de ser humano imperfecto y pequeño. Me pasé tu primera noche despierta, mirándote incrédula y recuerdo que pensé que eras para siempre. El amor y la eternidad los aprendí ese día.  

Mañana cumplís tres años. Y sólo por vos es que aprendí a amar de nuevo. Porque me trajiste luz y sentido. No importa cuánto haya sufrido, no importa el dolor ni cuánto haya perdido en el camino. Vos llegaste a mi vida para enseñarme muchas cosas, y sos el maestro más piadoso que podía encontrarme. Gracias hijo, porque mañana festejaremos dos nacimientos. Y será un cumpleaños feliz, para los dos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario